Cada vez se escuchan más preocupaciones sobre el impacto de los microplásticos en la salud y la naturaleza en los medios de comunicación, lo que lleva a algunos a tomar decisiones en nombre de la sostenibilidad y un estilo de vida más verde para reducir o eliminar el consumo de envases de plástico y productos envasados en plástico. Sin embargo, ¿es realmente el envase de plástico tan malo como lo pintan, y qué dice la ciencia al respecto? Sigue leyendo para descubrirlo.
¿Qué es realmente el plástico?
El empaquetado de plástico, los envases de polipropileno, las bolsas desechables y otros productos de plástico son parte integral de la vida humana moderna. Están hechos de combustibles fósiles, y se estima que alrededor del 4% de la producción mundial de petróleo se utiliza como materia prima para la fabricación de plástico. Debido a su asociación con el petróleo, el plástico a menudo se considera malo en cuanto a su renovabilidad y sostenibilidad. Sin embargo, fundamentalmente, el plástico es muy similar a algunas de nuestras cosas favoritas en la naturaleza. El plástico, al igual que el colágeno, la celulosa, el algodón, la lana y la seda, así como las proteínas de la leche, la caseína e incluso nuestro ADN, está compuesto por polímeros. Cuando los científicos descubrieron cómo hacer polímeros sintéticos hace algunas décadas, llevó a una revolución tecnológica que resultó en inventos notables y una mejor calidad de vida para las personas. Los tubos de plástico proporcionan agua potable limpia, el aislamiento permite el suministro de electricidad, sin mencionar la medicina moderna, que es impensable sin la mayoría de los productos de plástico. Sin embargo, la rápida popularidad y difusión de este material han causado preocupación entre los "defensores del medio ambiente". Dado que la mayoría de los productos alimenticios se envasan en envases de plástico y plástico, cada vez se plantean más preocupaciones sobre el impacto de los microplásticos (partículas de plástico que van desde un micrómetro hasta 5 mm) en la salud. Algunos artículos afirman que los microplásticos son perjudiciales y liberan sustancias tóxicas, pero ninguna de estas afirmaciones tiene pruebas científicas creíbles.
Las opiniones negativas actuales no se basan en evidencia
No hay duda de que el plástico puede ser perjudicial, pero no es tan simple. El Dr. Chris DeArmitt, presidente de Phantom Plastics, autor de "El Paradoxo del Plástico" y uno de los principales científicos del mundo en el campo de los plásticos, ha dicho que el plástico a menudo tiene una imagen negativa injusta y que la sociedad se preocupa demasiado por los microplásticos. Una razón por la que la gente critica el plástico es la creencia de que usamos demasiado y necesitamos reducirlo. Es cierto que los estilos de vida modernos son derrochadores y debemos reducir el uso de diversos materiales y recursos naturales. Sin embargo, el plástico representa solo el 1% del total de recursos utilizados y solo el 13% de todos los residuos a nivel mundial. Al analizar el ciclo de vida de varios materiales, resulta que en más del 90% de los casos, el plástico causa el menor daño. Los estudios muestran que el plástico es una opción mucho mejor que el algodón, el metal, el vidrio y el papel, ya que se necesita mucho menos plástico para la misma función en comparación con otros materiales. Además, el plástico y el empaquetado de plástico, como los envases de polipropileno, también reducen la cantidad total de residuos y el consumo de energía porque reemplazarlos diariamente crearía tres o incluso cuatro veces más residuos y consumiría más energía. Aunque los científicos están de acuerdo en que el plástico no tiene lugar en nuestra naturaleza, es interesante que algunos estudios incluso hayan confirmado la capacidad positiva de los microplásticos para absorber toxinas.
¿Qué podemos aprender de esto?
Es importante entender que todos los seres vivos producen desechos. Cada respiración que damos produce emisiones de CO₂ en el aire. Cualquiera que haya intentado contener la respiración sabe que es imposible evitarlo. La civilización en su desarrollo siempre ha creado y creará nuevos tipos de desechos, y debemos adaptarnos para reducirlos, tal como lo hicimos con el estiércol de caballo y el smog en el pasado. Una forma de reducir los desechos de plástico es reutilizar el empaquetado de plástico, los envases y las bolsas, extendiendo así la vida útil del material. Otra forma es la clasificación, el reciclaje y la eliminación adecuada del empaquetado de plástico. Como puedes ver, el empaquetado de plástico no es tan malo como a menudo se describe, siempre y cuando se utilice de manera responsable.